Tras no poder disputar el trail de Isla el domingo pasado por un fuerte catarro que me tuvo fastidiado desde el viernes hasta el martes, entro de lleno en el período final de cara a la preparación del Maratón de Düsseldorf.
Los meses de Marzo y Abril van a ser muy completos y exigentes en cuanto a carreras se refiere, buscando llegar con el mejor estado de forma a la gran cita del 24 de Abril.
Para empezar, el mes de Mazo estará dedicado a una distancia clave en una preparación maratoniana, y que yo he tenido bastante olvidada: la media maratón.
Ya comenté en entradas anteriores que hasta la fecha, con algo más de tres años como corredor popular, sólo me he enfrentado a esta distancia en siete ocasiones.
En este mes estoy inscrito a tres medias, a otra en Abril, y quiero correr una más en Mayo. Sin olvidar la Media Maratón de Burgos como opción muy probable para cerrar la primera parte del año. Por lo tanto, en estos 4 meses voy a disputar casi las mismas medias que en los tres años anteriores.
Ese plan comienza con esta media maratón salmantina; una carrera en la que participar se ha convertido en misión de alto riesgo, ya que este año las inscripciones volaron en 9 horas y media, habiendo disponibles 2.500.
Me gustaría poder completar las medias maratones de las capitales de provincia castellanas; eso sí, sin prisa.
Hasta la fecha he corrido Valladolid, Segovia y Palencia. En los próximos meses añadiré Salamanca, Zamora y puede que Burgos.
Me planteaba esta carrera como un rodaje de calidad.
Esta semana ha sido la que más kilómetros he hecho en mi vida (61, lo que muestra a las claras la "popularidad" de mis entrenamientos) para recuperar los que me perdí a causa del catarro.
Además, el jueves unas series de 10x200 me dejaron las piernas cargadísimas, por lo que tampoco era plan de forzar la máquina más de lo necesario.
Siete días más tarde acudiremos una gran representación del club a la media maratón de Zamora, y allí sí que saldré a darlo todo, buscando un nuevo sub1:30.
El objetivo mínimo que tenía en Salamanca era bajar de 1:35, pero realmente esperaba estar cerca de mis pasadas mejores marcas, rondando el 1:32. Sabía que el duro perfil de la prueba me iba a dificultar más el llevarlo a cabo, pero me siento muy en forma y confiaba en poder hacerlo.
El domingo amanece soleado, con bajas temperaturas (1º-2º) y un viento que iría en aumento a lo largo de la mañana.
Media hora antes del inicio de la carrera (10:30) salimos de casa mi amigo Alejandro y yo y, tras trotar unos 2 kilómetros, llegamos a la zona de salida.
Hay mucho ambiente y se nota que está perfectamente organizada.
La salida está dividida en cajones, desde los élite hasta las 2h, divididos en tiempos de 5' en 5', cada uno de ellos con sus liebres correspondientes.
Junto a la salida del maratón de Barcelona, la mejor organizada de todas en las que he estado.
Alejandro se coloca en el cajón de 1:25 y yo en el de 1:30 (iba a estar en medio, pero preferí ese al de 1:35).
Tras una cuenta atrás, empezamos a correr.
A las pocas zancadas, primer percance. Un corredor se ha caído y se forma una montonera a su alrededor. Tras unos segundos de parón y unos pocos empujones, volvemos a reanudar la marcha.
Veo unos metros por delante a los globos de 1:30, y me pienso la opción de subir el ritmo y darles alcance; pero casi al momento mis piernas me recuerdan que hoy no están para muchas fiestas, así que me ciño al plan original, y paso el primer kilómetro en 4:18.
Los cuatro primeros kilómetros de la carrera son los que recorren el casco antiguo de esta bonita ciudad, destacando las dos Catedrales, la Casa de las Conchas, la Universidad o la Plaza Mayor.
Las calles son estrechas, con muchos giros cerrados y adoquinadas. Esas condiciones, unido a que todavía el grueso de atletas vamos muy juntos, dificulta bastante el llevar un ritmo constante durante estos primeros kilómetros.
El panorama cambia radicalmente al cruzar el Puente Romano y enfilar una carretera por una zona desierta que nos conduce a un barrio de reciente construcción muy alejado del núcleo urbano salmantino.
Es un tramo que pica contínuamente hacia arriba y donde el aire entra de cara con bastante intensidad.
Tras un giro a la izquierda, y como paso previo a entrar en la urbanización, se visualiza una rampa durísima (algún atleta comentaba que tenía desniveles entre el 8% y el 11%) que te cortaba el ritmo de raíz y que, sinceramente, me dio asco a cada paso que dí por ella.
No entiendo el por qué de la organización para incluir esta zona tan lejana y desangelada en el recorrido ni mucho menos una subida de esa entidad.
Soy un apasionado de la Media Maratón de Segovia, que cuenta con grandes subidas en su trazado, pero todas ellas son por lugares emblemáticos de la ciudad, y dotan a la carrera de una seña de identidad propia y característica.
Sin embargo, una subida de esa consideración tiene que "esconder" un gran premio que haga que merezca la pena, y no el llegar a una zona en medio de la nada cutre y fea a más no poder. Muy mal; y desde luego para mí un borrón muy grande que mancha otros aspectos muy positivos de la carrera.
Una vez superada la cuesta, toca dar una vuelta a la urbanización y volver por el mismo camino, bajando lo subido anteriormente y como única variación de tomar el carril bici en vez de la carretera como a la ida.
En medio de todo este trazado se pasaba por el kilómetro 10, el cuál realizo en 43' pelados.
De piernas voy muy cómodo, pero ya hace un rato que noto molestias escatológicas, y me voy planteando si parar o no.
Tengo claro que si es una media en la que voy buscar marca sigo hasta que ya no pueda más, pero en este caso concreto, preferí quitarme esa molestia y afrontar más cómodo el final de la carrera.
En el kilómetro 14, aprovechando que el recorrido nos lleva por el parque paralelos al río, paro a soltar lastre. O esa era mi intención, porque para mi sorpresa, no conseguí que saliera nada, y reanudé la marcha con las mismas molestias que traía.
Tras una fuerte subida para abandonar el paseo del río, afrontamos el punto clave de la carrera y para mí el más espectacular: una larga subida desde el kilómetro 16 al 17'5, muy constante en su desnivel y que obliga a subir a ritmo.
Mucha gente animando a ambos lados de la carretera, y muchos corredores sufriendo e incluso andando (a alguno de ellos traté de darles ánimo).
Esto sí que me motiva y lo disfruto de verdad.
Tras terminar esta larga subida, se gira a la izquierda y se recorre la, para mí, mejor parte de la carrera. Los tres últimos kilómetros transcurren por amplias avenidas con gente animando a ambos lados. Te da la sensación de estar corriendo una carrera mucho más grande, la verdad.
Aunque salvo los 500m finales todo ese tramo es ascendente, voy comodísimo y disfrutando, rebasando un gran número de corredores sin forzar el ritmo lo más mínimo.
Último giro y recta de meta; larga un con perfil favorable. Para disfrutar, sin duda.
Gran final el de esta media salmantina; el mejor que he corrido tras la maratón de Barcelona.
No por el lugar en sí (el acueducto de Segovia o San Martín de Frómista son dos buenos ejemplos de metas en lugares históricos), sino por la amplitud de la calle y la sensación de grandeza que me trasmitieron esos últimos kilómetros.
Me encantó y disfruté muchísimo.
Tras marcar el último kilómetro en 4:05 con unas sensaciones inmejorables, paro el reloj en un tiempo oficial de 1:33:15 y real de 1:32:29.
La verdad que estoy satisfecho. Es mi tercer mejor tiempo tras Palencia y Getafe (dos medias donde fui a tope y de perfil muy favorable) y mejora el registro que marqué en Tordesillas, donde también me vacié.
21km exigentes a 4:24 de media me parecen un gran entrenamiento de cara a futuras carreras, sin ir más lejos, Zamora y su media maratón este próximo domingo.
Allí no habrá excusas ni quitarse presión con el tiempo: voy a salir a tope y a por marca. Creo que estoy para conseguirlo, al menos el sub1:30.
En resumen, gran carrera esta Media Maratón de Salamanca.
Recorrido duro, exigente. Bonito al principio y espectacular al final, pero con un punto negro que lo estropea en el medio. Esa "visita" al medio de la nada con el cuestón como postre sobra por completo en esta carrera.
Organización de 10 en todos los aspectos (precio, avituallamientos, bolsa del corredor...) y un gran ambiente hacen de esta carrera una muy buena opción, con el añadido de lo complicado que se ha convertido el poderla correr...
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