lunes, 24 de noviembre de 2014

MARATÓN MONTES TOROZOS



Tercer encuentro con la distancia mítica este año, en una carrera que llevaba en mi agenda apuntada en rojo desde antes de navidad. De hecho, esta maratón y la de Madrid fueron los grandes objetivos que me fijé para este 2014.

Esta carrera recorre varios pueblos de la mancomunidad de los Montes Torozos, y cada año cambia de sede, por lo que el recorrido nunca es el mismo. 
Esta edición le correspondía a Peñaflor de Hornija, donde tendría su inicio y su fin la aventura de los 42.195 metros.

El Maratón de los Montes Torozos tiene la peculiaridad de que hasta el km 30 todos los participantes deberán correr en grupo, con un ritmo máximo de 5min/km. A partir de ese punto cada corredor es libre de adoptar el ritmo que quiera/pueda.
Los grupos son: 5min/km, 5:30min/km, 6min/km y 6:30/km.


El circuito transcurre íntegramente por carretera, y al llegar a cada pueblo se hace un breve recorrido urbano para, posteriormente, volver a enfilar la carretera.

El precio de inscripción es de 15 euros, por los que, además de correr, recibes camiseta técnica, medalla, avituallamiento final con chocolate, caldo, pizza..., fotos y diploma.

Como apunte importante, decir que es el maratón de asfalto más duro de España (con diferencia, además), con 300m de desnivel acumulado y un fuerte y permanente viento que añade muchísima dureza al ya de por sí exigente trazado.

A las 8 salimos mi hermano y yo hacia Peñaflor, siempre mirando al cielo. Las previsiones no daban lluvia, pero la tarde anterior había caído agua-nieve por la zona y en el cielo se veían unas amenazantes nubes oscuras.
Los Montes Torozos son una zona muy fría, de nieblas y fuertes vientos.
Al llegar al pueblo, a unos 30min en coche desde casa, ya podemos comprobar el "calorcillo" que hace por esas latitudes castellanas...

Recogemos el dorsal y última visita al baño para soltar "nervios", jeje.

El ambiente que se respira los instantes previos a la salida es muy similar al que viví en Aguilar de Campoo: gente curtida en mil batallas, amable y cercana. Y ese ambiente familiar sería la tónica durante toda la mañana. 

Nosotros teníamos pensado ir en el segundo grupo, el de 5:30min/km. Era un incremento importante con respecto a nuestro anterior maratón, y más teniendo en cuenta la dureza del perfil y las condiciones climatológicas, pero nos sentíamos preparados para intentarlo.

Por fin, pistoletazo de salida y a correr.

La carrera comienza con un recorrido urbano por Peñaflor, que nos sirve para ir calentando las piernas e ir encontrando el ritmo que marcaba el grupo en el que habíamos decidido integrarnos.







Al salir del pueblo, enfilamos la carretera que nos llevará por los páramos hacia la siguiente localidad, San Pelayo, situada en el km12.
Tras una larga y pronunciada bajada, afrontamos la primera de las subidas marcadas por la organización como "duras": una pendiente continua de 1´5km aproximadamente que finaliza en el avituallamiento del km5.
Al ser el inicio de la carrera, las piernas están enteras y subimos sin mayores problemas, pero siempre teniendo muy presente que no íbamos a hacer ningún esfuerzo extra por agarrarnos a un grupo que ya se empezaba a desmembrar.





Al llegar a lo alto del páramo, los ciclistas de la organización que nos acompañaban durante toda la prueba (un 10 para todos ellos por su amabilidad, sus consejos y su total predisposición a cualquier necesidad que pudiéramos tener) nos animaban a forzar un poco para integrarnos en el grupo que se había formado unos metros por delante.
Hicimos el intento un par de veces pero, tras hablar con mi hermano y coincidir en que a ese ritmo no nos sentíamos cómodos, decidimos adoptar nuestro propio ritmo y continuar nuestra carrera los dos en solitario (km7 más o menos).









Esta parte de la carrera se hace un poco pesada, ya que es una recta interminable, con el grupo de 5:30 siempre en el horizonte.
Al llegar al avituallamiento del km10 cogemos nuestra primera botella de agua y, aprovechando una bajada en el km11, realizamos nuestra primera parada técnica.

Llegamos a San Pelayo, el primero de los pueblos que atravesaremos en esta maratón, situado en el km12. Es el más pequeño de todos, y tras un breve recorrido por sus calles, enfilamos de nuevo la carretera rumbo al siguiente pueblo: Torrelobatón.



El paso por este pueblo es un momento clave de la carrera. Está situado sobre el km15 de la misma, con lo que ya las piernas tienen su castigo, y presenta una subida muy dura a su castillo (y su dureza se acentúa aun más tratándose de un maratón).
Además, la organización tenía marcada como otra subida "dura" una rampa que acababa en el avituallamiento del km20.

Con todo esto en mente, decidimos hacer otra paradita técnica justo en la entrada del pueblo (se ve que no soltamos todo el lastre en la primera) para afrontar las trampas que nos aguardaban en él.



Tras superar la rampa que sube al imponente castillo que gobierna el pueblo (y que, en mi opinión, es demasiado dura para un maratón) salíamos de Torrelobatón cruzando un arco por una calle que picaba hacia abajo y que permitía recuperar un poco las piernas tras el esfuerzo realizado.











De nuevo en la carretera, el siguiente objetivo es el paso por la mitad de carrera, para lo cual deberíamos superar previamente esa subida anunciada por la organización que terminaba en el km20.
Y efectivamente, la cosa era bastante seria...

Tres kilómetros de subida sin tregua (del 17 al 20) con un fuerte viento en contra en la más absoluta soledad del páramo castellano hacían de este tramo un auténtico desafío, físico y mental.




Por delante, se ve cómo el grupo va desmembrándose debido a la dureza del recorrido.


Por fin, logramos completar la subida y afrontar un tramo mucho más cómodo que nos lleva directos al km21, por el que pasamos en 2 horas justas. 
"Sólo" queda la mitad.



El siguiente pueblo es Castrodeza, en el km28. Antes, en el 25, se encontraba el primer avituallamiento sólido. Este tramo es mucho más cómodo que los anteriores. Además, sale un poco el sol y el aire sopla con menos fuerza y favorable.

Tanto mi hermano como yo vamos muy cómodos y con las piernas bastante enteras, y afrontamos con optimismo el momento de "llenar el buche": plátano, naranja y aquarius que nos dan la vida. También daban geles, pero nosotros no los tomamos, ni aquí ni nunca.

Llegamos a Castrodeza y comenzamos el ya tradicional callejeo por el pueblo. La verdad es que a nosotros se nos hacían un poco odiosos esos tramos urbanos, ya que te cortaban el ritmo y además casi siempre eran por calles que picaban hacia arriba.






Saliendo del pueblo, mi hermano me dice que va mal del estómago y tiene que parar a hacer caca. Le digo que cuanto antes mejor, y realizamos nuestra tercera parada técnica.

El próximo objetivo es llegar a Wamba, en el km34. 
Un miembro de la organización nos dice que quedan dos subidas: una llegando al pueblo y otra bastante dura al salir de él.

Cuando afrontamos la primera de ellas, mi hermano me dice que va a ser muy duro. Me preocupo. Sé que si ha dicho eso es porque va tocado, y trato de animarlo diciéndole que en 8km estamos en la meta.
Entramos en el pueblo y callejeamos por sus calles, destacando el paso por su magnífica iglesia de Santa María.




Mi hermano va muy justo y no puede mantener el ritmo; tengo que frenarme para que no se quede.

Al salir del pueblo encontramos el avituallamiento sólido del km35, el último de la carrera. Cojo naranja y aquarius, y sé que con eso ya voy hasta el final. Mis piernas van genial y me encuentro muy entero, dadas las circunstancias.

Por desgracia, mi hermano no tiene esa suerte y me dice que se acabó, que abandona. Me paro y vuelvo con él. Trato de animarlo a seguir, que ya queda poco. Estamos casi en el km 36, iniciando la dura subida que antes nos habían anunciado.
Hace un breve intento de volver a correr, pero se para de forma definitiva. Me dice que siga, que él va a avisar a un coche para que lo recojan.

Vuelvo a reanudar mi carrera lleno de rabia y pena por el abandono de mi hermano. Sé cuánto ha entrenado y esperado para este día, pero circunstancias de mayor importancia hacen que tenga la cabeza en otro sitio y no esté mentalmente dispuesto a sufrir aquí.

Aprieto los dientes y empiezo a rebasar corredores que en línea de uno van andando o trotando muy lentamente. Voy a buen ritmo, y sólo quiero llegar y ver que mi hermano está bien.

De repente, un todoterreno pasa a mi lado y de la ventanilla se asoma mi hermano, quien sonriendo me dice: "voy a llegar antes". 
Eso me da un empuje aun mayor e incremento el ritmo, soltando a un corredor que me iba haciendo la goma y cogiendo a otros atletas que están sufriendo muchísimo en estos kilómetros finales.

Con un aire bestial que daba de costado y que endurecía aun más la carrera, entro en Peñaflor de Hornija y empiezo a sonreir. Ya está hecho. Un breve callejeo y recta de meta, donde están Sara y mi madre y, al lado del arco, mi padre con mi hermano.




Finalmente paro el reloj en un tiempo de 4:00:46, que se convierte en mi MMP de la distancia y que sé que con un circuito más favorable (cosa fácil) y sin el tiempo perdido con todo lo del abandono de mi hermano, mejoraré con claridad.

Lo mejor a nivel individual es que en una carrera durísima por el recorrido y la climatología no he sufrido en ningún momento. Eso me da mucha confianza para afrontar futuros retos en la distancia el próximo año que ya desvelaré más adelante, y tranquilidad al ver que los entrenamientos desde el verano han tenido su recompensa.

Estoy, creo, en mi mejor momento como runner, y esta carrera ha sido un broche fantástico a un año muy especial, el de mi confirmación como atleta popular y como maratoniano.

Sobre esta Maratón de los Montes Torozos sólo puedo decir cosas positivas. Grandísima organización en la que no echas nada en falta, unos voluntarios entregados con los corredores, ambiente familiar y cercano, camiseta técnica y medalla para los finalistas, y completo avituallamiento final.
Es una prueba que por méritos propios se está consolidando en el panorama nacional, ya que en esta edición hemos sido más de 100 los atletas participantes, y me alegro mucho de haber sido parte de algo que merece tanto la pena.

El próximo año no volveré, ya que me espera un nuevo desafío maratoniano por esas fechas, pero animo encarecidamente a todo el mundo a que haga un hueco en sus agendas para el 1 de Noviembre del 2015 y experimente la maravillosa dureza de los Montes Torozos.

martes, 28 de octubre de 2014

MEDIA MARATÓN INTERNACIONAL "VILLA DEL TRATADO" (TORDESILLAS)


Última carrera de un mes de Octubre completito y el test final de cara a la Maratón del día 16. Precisamente el Maratón de los Montes Torozos adelantó su celebración al mes de Noviembre para realizarse tres semanas después de esta media maratón, sirviendo así como cita casi ineludible para todos los atletas que fueran a participar en él. Y eso es justo lo que hemos hecho mi hermano y yo.

Esta carrera siempre ha tenido atletas de gran nivel, y presenta un recorrido homologado por la RFEA y la IAAF.

Después de los buenos resultados de las últimas carreras, mi objetivo no podía ser otro que intentar atacar mi MMP de 1:31:57 hecha en Getafe. Sabía que iba a ser difícil, porque en esa carrera fui al límite y además presentaba un circuito mucho más favorable, pero desde luego lo iba a intentar.
Mi hermano, después de su abandono en Valladolid, buscaba bajar la barrera del 1:35, para triturar su MMP y coger confianza.
Así, cada uno con sus metas, pusimos rumbo a Tordesillas, donde habíamos quedado con mi amigo Alejandro.

Llegamos con tiempo de sobra para recoger el dorsal y la bolsa del corredor (un poco escasa, pero con una bonita camiseta) e ir al baño sin prisas.



Minutos antes de empezar, nos colocamos en una posición bastante delantera, por lo que el tiempo perdido en cruzar el arco iba a ser mínimo.

Con todo el mundo listo, se daba la salida a la que hacía mi media maratón número 5.



Los primeros metros de la carrera se adentraban en el casco antiguo de la localidad, por lo que el trazado era estrecho y con un firme irregular. Sin embargo, no tuve mayores problemas en ir cogiendo mi lugar en la carrera, y en menos de un kilómetro se iniciaba una larga recta por una carretera, por lo que las estrecheces habían terminado.

Este tramo de carretera se hacía bastante pesado, ya que consistía en ir recto casi dos kilómetros, girar en unos conos, y volver por donde se había ido. La ida picaba ligeramente hacia arriba, y el calor era considerable, lo que añadió dureza a la carrera.

Tras este tramo, se iniciaba otro de las mismas características: carretera arriba más de un kilómetro, giro, y vuelta por el mismo sitio.
Yo pensaba en la segunda vuelta, y en lo largo que podía hacerse tanta carretera con más fatiga en las piernas.

Después de terminar con la segunda carretera, la carrera volvía al núcleo urbano, donde una buena subida nos introduciría de nuevo en el pueblo tras cruzar el río Duero. Era una rampa con bastante animación y, sin duda, el tramo más bonito de la carrera, aunque también el más duro.



Al ser la primera vuelta, tengo las fuerzas intactas, y supero ese tramo sin mayores dificultades, pero me digo a mí mismo que en la segunda vuelta tiene toda la pinta de que me va a tocar sufrir en esta parte...

La carrera nos lleva callejeando por las calles de la localidad, donde hay un buen número de gente animando, lo cual se agradece.
En el avituallamiento que estaba justo antes del paso por meta decido beber un poco y afrontar la segunda vuelta.

Paso los 10km en 43:18, en tiempo de MMP, y eso me anima para seguir adelante con confianza.





Tras relajarme un poco en los únicos metros favorables del circuito, comienza el primero de los dos tramos de carretera. El calor ya es bastante elevado, superando los 20º, y al ir por una carretera hace que la sensación sea aún mayor.

Este tramo y el siguiente se me hacen interminables. Son muchos metros en los que parece que no avanzas, y sólo el decirme a mí mismo que puedo bajar mi marca me anima a seguir esforzándome.



Por fin se acaba la carretera, pero llega la subida que me meterá de nuevo en Tordesillas.
Me motivo pensando en que al acabar esa rampa la carrera ya está hecha, pero aun así me noto que no subo como antes y que las piernas me pesan.

Ya sólo queda callejear durante tres kilómetros y todo habrá terminado. Quiero batir mi marca, y lucho por no dejarme ir y seguir apretando. Me cuesta ampliar la zancada y voy bastante justo.
Aun así, sigo superando corredores y, tras una recta que se me hace eterna, enfilo el último giro hacia la recta de meta, donde al mirar el reloj veo que sólo puedo aspirar a bajar de 1:33, y aprieto los dientes para conseguirlo.

Al final, cruzo la meta en un tiempo de 1:32:56. Segunda mejor marca y mejor tiempo oficial (en Getafe hice 1:33:23 en línea de meta).
Al principio sentí rabia; tanto esfuerzo para nada. Pero luego en frío me he dado cuenta que es un gran tiempo para mí, ya que hay que tener en cuenta que el recorrido era exigente y el calor aumentó el nivel de exigencia de la prueba.

Creo que mi margen en esta distancia se mueve entre el 1:32 - 1:33, así que todo lo que sea andar por esos registros lo doy por bueno.

Mi hermano consiguió su objetivo haciendo un excelente tiempo de 1:34:54. Me alegro mucho por él!!



Ahora el plato fuerte. A sufrir y a disfrutar por partes iguales. Una vez más trataré de seguir los pasos de Filípides.

lunes, 20 de octubre de 2014

MEMORIAL VIDAL-MATARRANZ

Primer diez mil después del parón veraniego. Había muchas dudas sobre el tiempo que podría hacer en esta carrera. Me veía bastante bien, los entrenamientos y las carreras de este mes están siendo muy buenos, pero no sabía cómo me iba a comportar a ritmos cercanos a 4min/km.

Tenía muchas ganas de correr esta carrera. El año pasado no la disputé, y esta vez tenía claro que tocaba si o si.

Este memorial es en honor a dos bomberos que perdieron la vida en 1996 en el incendio de una discoteca. Desde entonces, se homenajea cada año a todos los bomberos fallecidos en acto de servicio.

La salida y la meta están instaladas en el parque de bomberos de la ciudad. 
El recorrido es bastante propicio para hacer marca, ya que, si bien presenta una subida de 1km a mitad del mismo, transcurre por calles amplias, largas rectas y sin giros bruscos.

En la zona de salida 800 atletas, voluntarios, miembros de la organización y público, guardamos un emotivo minuto de silencio marcado por el sonido de las sirenas.

Todo listo para empezar la carrera. Se inicia una cuenta atrás de 10 segundos y a correr.



En los primeros metros cuesta correr con comodidad, debido a la gran cantidad de atletas participantes. Sin embargo, ese problema pronto queda solventado debido a la amplitud de las calles por la que transcurre la prueba.

Yo cojo mi ritmo y decido no tratar de modificarlo por tratar de seguir a nadie. A lo mío.
Así, pasan los primeros kilómetros, en los que me encuentro muy cómodo y voy teniendo muy buenas sensaciones.




Para no obsesionarme, decido no mirar el reloj. No quiero llevarme un "palo" si veo que el tiempo se me está escapando (el objetivo era bajar de 41min, algo que sólo había hecho una vez). 
Sé que la subida está en el km 5 y que se puede hacer larga si se va justo de fuerzas, así que ni un sólo alarde o gasto inútil de fuerzas hasta llegar allí.

No paro de pensar qué tiempo estaré haciendo. ¿Iré bien? ¿Tendré opciones de acercarme a los 40min?...
En el km 5, justo al inicio de la subida, decido por fin mirar el reloj. Mi alegría es enorme al ver que marca 19:31. Voy en tiempo de MMP!!
Esa alegría me da un empujón y afronto el kilómetro de subida con confianza y tranquilidad. Me basta con mantener el ritmo, no tengo que recuperar ningún tiempo perdido.

Como era de esperar, el kilómetro hacia arriba se hace notar y mi margen para ese segundo sub 40min se reduce. Paso el km 6 en 23:53.
Por delante 4km que afronto con la responsabilidad de mantener el ritmo y no tirar por la borda el trabajo hecho anteriormente.

El km 7 (27:45) me indica que sigo fuerte y empiezo a pensar otra vez en la posibilidad de hacer marca personal.

Los metros pasan y cada vez tengo más ganas de llegar y certificar mi segundo sub 40min, algo que no creía a mi alcance a día de hoy y que me hace una enorme ilusión.



Caen los kilómetros 8 y 9, y en los últimos 1000 metros sabré si hago marca personal o no. La cosa iba a estar muy justa.
Este kilómetro se me hace eterno... Qué ganas de llegar!!
Por fin, recta de meta. Larga, y con el reloj al fondo reflejando cómo de forma implacable van cayendo los segundos.
Aprieto los dientes, pero veo que el reloj marca el tiempo de mi MMP y a mí aun me quedan unos metros.
Finalmente, cruzo la línea de meta en un tiempo de 39:46.




Estoy exultante, pero con esa pequeña rabia de haber estado tan cerca de batir marca.
Yo sé que este ha sido mi mejor 10 mil, porque la carrera donde hice mi marca de 39:37 en realidad se quedaba corta. Aun así, he bajado de 40 minutos por segunda vez, y eso es un gran éxito para mí.

En Diciembre trataré de nuevo de correr por debajo de los 40 minutos y de renovar mi marca en la distancia en la Carrera del Turrón; pero ahora le toca el turno al plato fuerte de esta segunda mitad del año: en 7 días la media maratón de Tordesillas (donde saldré buscando acercarme a mi marca) y el 16 de Noviembre la Maratón de los Montes Torozos. Empiezo a notar ya ese cosquilleo de que algo grande está cerca, y me muero de ganas de afrontar por tercera vez esos míticos 42.195 metros.

lunes, 13 de octubre de 2014

MONUMENTRAIL


Los chicos de Intenxity Sport organizaban este I Monumentrail de Segovia por los alrededores de la ciudad, y desde que vi el cartel anunciándola, me entraron unas ganas enormes de correrla.
Son los mismos organizadores de la ya clásica (a pesar de llevar sólo tres ediciones) Monumental que recorre el casco antiguo de Segovia en el mes de Febrero. Viendo el gran trabajo que han hecho con dicha prueba, la buena organización de este trail estaba asegurada.
Además, el recorrido transita por una zona que utilizo bastante en mis tiradas largas dominicales, y me apetecía mucho descubrir nuevos caminos que poder incorporar después en mis entrenamientos.

Este tipo de carreras pedestres o trails con cierta dureza y de distancias entre los 10 y los 20km me encantan. Diría que son mis carreras favoritas.
Está claro que un maratón es incomparable, pero sin duda es en estas carreras donde más disfruto.

El precio de 17 euros me parece un poco caro, pero bueno, no iba a ser todo perfecto...
Inscrito.

Con la semanita de lluvias que llevábamos, había que cruzar los dedos para que las condiciones climáticas no fueran adversas.
El Sábado me acosté con tormenta...
Sin embargo, el Domingo amaneció sin lluvia. Menos mal. Eso sí, soplaba un viento bastante frío y desagradable. Decido abrigarme y protegerme barriga y riñones, que no quería "sorpresas" estomacales durante la carrera.

A las 9:10 salgo hacia la Casa de La Moneda, lugar de la Salida y donde se recogían los dorsales. La carrera comenzaba a las 10, y quería ir sobrado de tiempo.

Poco a poco van llegando atletas, entre los que se encuentra Pedro Luis, una auténtica máquina de ganar carreras en la provincia de Segovia (y en ésta no iba a ser menos).

En total, 150 corredores dispuestos a recorrer los exigentes 17km de este I Monumentrail, con un recorrido rompepiernas y un desnivel positivo de 650m.



La Salida se dará en el patio de la Casa de la Moneda, por lo que será muy estrecha. Decido colocarme delante para poder ir más tranquilo.




Empezamos!!!






Salgo entre los 10 primeros.





Los primeros 800 metros son completamente llanos por la Alameda del Parral, y decido mantener un ritmo elevado de inicio para mantener mi posición antes de la primera subida, la más larga de la carrera.

Esta subida ya la conozco, al menos la primera mitad. Sé que es larga y de pendiente exigente y constante que hay que subir a ritmo. Me encuentro bien de fuerzas y consigo llegar arriba habiendo perdido sólo unas 4 o 5 posiciones desde la salida.

A continuación, afrontamos un pronunciado descenso de casi 2km. Conozco el camino y me tiro a saco en la bajada. Supero a un par de corredores y doy alcance a un tercero, con quién completaré el resto del descenso.
Justo al final, afrontamos un primer punto técnico por una bajada entre rocas en la que había que realizar varios saltos. Superado.





Sigo la estela del corredor al que había dado alcance, pero empiezo a notar que cada vez me cuesta más. El terreno es favorable y aguanto a duras penas.
Volvemos a llegar a la zona de salida y bajamos unas escaleras para seguir el curso del Eresma hacia la Fuencisla. Cruzamos el puente sobre el río y, tras girar a la derecha, llegamos al cruce con la Cuesta de los Hoyos, donde voluntarios y policía cortan el tráfico y señalizan la zona a la perfección.
A parir de ahí, comienza una rampa con una pendiente importante que me destroza. De repente me quedo clavado y avanzo muy despacio, siendo superado por varios corredores y perdiendo a los que me precedían.
La subida acaba en un tramo de escalones de piedra durísimo. La gente de delante anda y ando yo también por primera vez (no sería la única). 
Voy muy tocado, y sólo me ayuda el conocer a la perfección ese tramo y saber que tras los escalones hay unos metros más de subida y luego un tramo de terreno favorable bastante largo donde recuperar.

La carrera nos lleva por un sendero que sigue el curso del arroyo Tejadilla durante algunos kilómetros. Es un sendero muy estrecho y la vegetación es abundante, llegando a incomodar bastante el correr. Es sin duda la parte más bonita de la carrera.

Tras este tramo, nos encontramos con una subida importante que me vuelve a dejar claro que voy muy justo de fuerzas. Arriba está el avituallamiento, donde paro 20" a beber agua. Me pasan 4 corredores más, pero esa ya no es mi guerra. Bastante tengo con llegar a la meta lo mejor que pueda.

Ahora la carrera discurre por sendas más anchas y con mejor firme, con continuos sube-baja que van minando mis ya escasas fuerzas.
Y en un giro, aparece de repente la rampa más dura de la carrera. Una fila de corredores que me preceden suben en fila india como buenamente pueden.
Trago saliva y me llega mi momento. Es imposible correr si no eres Kilian Jornet, y a mí me cuesta hasta subir andando por lo estrecho de la senda (no me cabía ni el pie).

Por fin arriba. Seguimos por sendas anchas y sube-bajas poco a poco acercándonos a Segovia. La meta es en la Plaza Mayor o, lo que es lo mismo, va a tocar subir si o si.
Y vaya si se subía...

Tras pasar por el túnel del cementerio judío, se giraba hacia las escaleras que suben desde el río Clamores hasta lo alto de las murallas (Segovia se encuentra entre los valles del Clamores y el Eresma).
Ya era lo que me faltaba...
Subo a duras penas, pero subo. Por fin en el casco antiguo!!!

Estoy al lado del Alcázar, y sólo queda llegar a la Plaza Mayor. Pero los organizadores se guardaban una guinda para el pastel: un giro a la izquierda me lleva a una calle muy empinada de escaleras que parece no tener fin.
Aprieto los diente y para arriba. Curiosamente aquí sí subo con fuerza, y una vez arriba sólo queda bordear la catedral y entrar en una Plaza Mayor abarrotada de gente. Una auténtica gozada.

Cruzo la meta en un tiempo de 1h32, en el puesto 35. 



Creo que si no hubiera gastado tanto al principio podría haber quedado unos puestos mejor, pero aun así estoy muy satisfecho con mi carrera.
Camiseta, agua, coca-cola y a casa a ducharme.

Carrera maravillosa, muy muy recomendable. Recorrido exigente pero que permite disfrutar, y un paisaje de la ciudad espectacular. De nuevo un 10 rotundo a los chicos de Intenxity Sport por su labor a la hora de organizar una carrera en Segovia. Los voluntarios, el recorrido, las indicaciones... Todo perfecto.

Próxima carrera: el Domingo que viene en el Memorial Vidal Matarranz. A ver que tiempo hago en esos 10km... Mi objetivo es bajar de los 41 minutos.