jueves, 26 de enero de 2017

TRAIL CIUDAD DE PALENCIA




El año se cerró con el Cross de las 12 Uvas (carrera sin mayor trascendencia que corrí junto a mi hermano y de la que dejo algunas fotos)





El 2017 va a ser un año en el que el trail va a cobrar una importancia muy destacada. En el horizonte se vislumbran dos grandes colosos en este terreno: Gurriana Trail e Integral del Valdecebollas.
Además, si la agenda y las circunstancias lo permiten, serán acompañadas de otros trails de menor entidad pero también exigentes, que supondrán una gran preparación para ambos desafíos.

Pero no adelantemos acontecimientos y vayamos paso a paso. Y el primero de ellos, al igual que el año pasado (y presumiblemente unos cuantos más), tuvo lugar en el Trail Ciudad de Palencia.

Esta carrera se desarrolla a modo de contrarreloj individual, y los atletas pueden elegir cuándo salir entre las 9:30 y las 11.
El precio de la inscripción (15€) incluye camiseta técnica de aceptable calidad y comida de pasta, además de duchas en un polideportivo cercano.

El recorrido es corrible al 95%, salvo una dura rampa final antes de comenzar el descenso hacia la meta. Esto hace que sea un trail muy rápido, pero que se queda un poco descafeinado para los que queremos un poco más de dureza.

Es una carrera que me gusta, ya que repito del año pasado y tengo intención de si nada cambia seguir abriendo mis temporadas con ella; pero quizás le sobran tantos kilómetros por pistas anchas, que llegan a hacerse un poco monótonos.

El sábado a las 8:30 recogía a mi hermano y poníamos rumbo a la dársena del Canal, lugar donde se encontraba la Salida y la Meta de este trail.
Recogida rápida de dorsal tras dejar 20€ de fianza y entrega de la pulsera para el control por los pasos intermedios (5 o 6; algo a todas luces excesivo para una carrera tan corta).

Los dos andamos con la barriga revuelta, pero decidimos empezar sin eliminar lastre.

El frío es considerable; de hecho el Canal se encuentra congelado en su totalidad, y el campo está cubierto de escarcha.
Sin embargo luce un sol espléndido, por lo que una vez que se empiece a correr, la temperatura será agradable.

Picamos a la vez nuestras pulseras en el control de salida y comenzamos la carrera.
El primer tramo consiste en recorrer el ramal del Canal de Castilla que va a Palencia en dirección al Canal principal, al cuál se llega en aproximadamente kilómetro y medio.
Es un tramo llano y bonito, perfecto para ir calentando las piernas y coger ritmo.

Una vez llegamos al Canal, se alcanza un puente donde se abren dos posibles opciones: seguir recto o girar a la izquierda y coger la orilla contraria a por donde se ha venido.
La señalización es absolutamente inexistente. Nada de nada. De hecho, varios atletas se equivocaron. Imperdonable error por parte de la organización.
Nosotros tuvimos suerte porque yo conocía ambos caminos: el recto del Ultra del Canal y el giro a la izquierda de correr aquí el año pasado, por lo que pudimos continuar sin problemas.

No contentos con eso, al finalizar el breve recorrido por el otro margen del Canal, se llega a otro puente en el que, de nuevo, se ofrecen dos posibles caminos: continuar recto o girar a la derecha.
Los voluntarios siguen brillando por su ausencia, pero al menos hay dos conos que invitan a pensar que el camino a coger ha de ser el de la derecha.
Una auténtica vergüenza la chapuza cometida por la organización en estos dos puntos. Es una pena porque el resto lo bordan, con multitud de voluntarios y avituallamiento bien surtidos, pero un error tan grave da al traste con todo lo bueno que luego se pueda hacer, según mi opinión.

Tras este giro, se coge una pista que empieza a picar hacia arriba hasta que finalmente se convierte en una dura subida que hace mucho daño que te lleva a lo alto de los cerros que se ven justo enfrente.
Justo arriba, primer control y giro a la izquierda para iniciar un tramo de bajada y llaneo por un sendero ya más entrecho donde por fin se empieza a disfrutar.

Yo la verdad es que iba un poco justo, tratando de recuperar el aliento que me había quitado la subida anteriormente mencionada, y era mi hermano quien abría la marcha.

Sin embargo, las molestias estomacales con las que acudía dijeron basta y nos obligaron a detener la marcha unos 5-6 minutos. Se veía que la cosa era sería y que le podía dar guerra a lo largo de toda la carrera, como por desgracia así fue.

Reanudamos la marcha y entramos en la mejor parte de la carrera, junto con otro tramo al bajar del Monte El Viejo. Varios kilómetros de senderos estrechos entre árboles con sube-bajas continuos. Por fin tocaba disfrutar.






Tras este tramo, se salía de nuevo a una pista con un fuerte subida final que te llevaba a la entrada al Monte El Viejo, donde habría que recorrer varios kilómetros.
Y en este punto, comentó de nuevo el abuso excesivo que en mi opinión tiene esta carrera de los tramos por pistas anchas y sin ninguna dificultad.
Estos kilómetros por el Monte se hacen eternos y muy monótonos, y más cuando uno no tiene el día, como le pasaba a mi hermano.

Es también aquí cuando mi barriga siente envidia de su vecina y me obliga a parar también varios minutos.

Emprendemos de nuevo la marcha y por fin salimos del Monte para adentrarnos de nuevo por senderos estrechos y más divertidos.

Le comento a mi hermano que aún nos queda la última subida de la carrera, que es también la más dura (la única no corrible).
El año pasado esa zona tenía mucho barro y resbalaba bastante, pero este año el suelo estaba completamente seco y no había mayores problemas que el propio desnivel.

Cogemos la marcheta y llegamos arriba, donde se inicia un descenso continuado de unos 2 kilómetros hasta llegar de nuevo al ramal del Canal de Palencia. En total, unos 4 kilómetros nada exigentes pero que se hacen largos si vas a tope, como me pasó a mí el año pasado.
Este año, sin embargo, la película es bien distinta y mi hermano necesita volver a parar, y de nuevo se nos van más de 5 minutos.

El problema no es el tiempo, eso nos da igual. El problema es que paradas tan largas a esa temperatura al final terminaron por dejarme totalmente hecho polvo físicamente.
Me costaba un mundo dar cada paso; muy pocas veces me he sentido así de mal.

A apenas 1 kilómetro de meta me encuentro con un compañero del club, y no dudo es aprovechar a parar un poco y recuperar fuerzas.
Mi hermano continúa hacia delante; está deseando terminar.

Tras esa pausa, me reincorporo listo para cubrir el último tramo de esta carrera que se ha terminado convirtiendo en un auténtico martirio para nosotros.

Una vez en meta, devolución de los 20€ de fianza y avituallamiento final que sabe a gloria, con frutos secos, fruta, gominolas, barritas y un caldo calentito que sienta de maravilla.

Y así ponemos punto y final a la primera carrera del año. Hoy ha tocado sufrir más de lo esperado, pero siempre es un placer disfrutar de lo que a uno más le gusta en la mejor compañía.

Próxima parada: el Maratón de las Vías Verdes de Arganda del Rey, el 5 de Febrero.
No acudo con más pretensión que disfrutar de una distancia que me apasiona, marque lo que marque el reloj de meta. La idea es salir en torno a los 5min/km y hasta donde las piernas manden.








CARRERA DEL TURRON

                           

Acudía a esta carrera con la clara intención de mejorar mi marca en 10 kilómetros y, de ser posible, derribar el muro de los 39 minutos.

Los ritmos en los entrenamientos indican que mi estado de forma es el mejor de siempre, pero también es verdad que donde he incrementado mi nivel es en rodajes, por lo que no sé cómo responderé a ritmos inferiores a los 4min/km.

Desde el verano, se cuentan con los dedos de una mano las sesiones dedicadas a trabajar la velocidad mediante series o cambios de ritmo.
Prácticamente todo lo que hago es carrera contínua; eso sí, a ritmos mucho más rápidos que antes.

La semana de la carrera ha sido una semana dura y exigente, en la que ha habido dos días de rodajes a ritmos muy buenos para mí (uno de 20km día y medio antes de la carrera) y trabajo de fortalecimiento de piernas.
Por lo tanto, las piernas llegaban cargaditas a la cita, y quizás ahí estuvo la clave del desenlace que a continuación relataré.

Sé que si te fijas una carrera objetivo, el descanso la semana previa es fundamental. Mi problema no ha sido meter intensidad esta semana, sino fijarme un objetivo tan ambicioso en una carrera que hasta hace dos semanas ni pensaba correr y sin modificar nada para llegar a la misma en las mejores condiciones.

Mi idea ya comenté que era meter caña a las piernas buscando el mejor estado de forma posible de cara a los grandes objetivos del primer semestre del 2017, que se presenta muy exigente; no en cuanto a marcas pero sí en cuanto a kilómetros y dureza.

Pues con todo esto, me presenté en Arroyo con pleno convencimiento de ir a por el sub39. 
Un compañero del club compartía objetivo conmigo, por lo que la idea era salir juntos y tratar de ayudarnos mutuamente.

El día se presenta frío y con una niebla alta que humedece mucho el ambiente. Sin embargo no hay nada de aire, y las condiciones para correr son buenas.

Poco a poco van llegando corredores (seríamos unos 800 en total; 600 en la prueba de 10km). Es una carrera con bastante tradición en Valladolid que celebra ya su 20º edición. 
Sin embargo, este año la bolsa del corredor no puede calificarse de otra manera que insulto a todos los atletas allí presentes: 7 euros a cambio de una tableta de turrón crujiente Quijote. Una mierda, resumiendo.
Vergonzoso por parte de la organización, y un grandisimo homenaje a Ebenizer Scrooge el día de Nochebuena (al de antes de las tres visitas espectrales, claro).

Como siempre que busco un buen tiempo en meta, me coloco junto a mi compañero Juanjo en posiciones delanteras. Pistoletazo de salida y empezamos.

El salir tan adelantados, no hay problemas de atascos y desde el primer momento puedo llevar el ritmo deseado.
Me he propuesto no cebarme demasiado en este primer kilómetro, y tratar de ser más regular a lo largo de toda la carrera. El objetivo es correr todos los kilómetros por debajo de 4.

De momento mi compañero me deja hacer, y marcamos el primer kilómetro a 3:45. Vamos según lo previsto.

Justo en este instante enfilamos el largo tramo del parque que discurre paralelo al río. Juanjo y yo nos hemos instalado justo detrás de una chica y su liebre que nos llevan a un ritmo de 3:55, donde nos movemos cómodos. Asícubrimos los kilómetros 2 y 3.

Sin embargo, poco a poco voy notando que ese ritmo cada vez me cuesta más, y decido dejarme caer unos pocos metros y tratar de ir recuperando sensaciones.

El kilómetro 4 es la parte nueva introducida este año en el recorrido y consta de una notable cuesta con la que se sale del parque y el paso por una pasarela estrecha de madera y varios giros que cortan un poco el ritmo.
Aquí el ritmo de me va a 3:59, pero confío en recuperar en la recta de 1km hasta meta antes de empezar la segunda vuelta.

Mi compañero Juanjo ya ha abierto una distancia considerable respecto a mí, pero veo que tengo a tiro a otro compañero triatleta, que parece tocado y va de más a menos.
Me animo y trato de darle alcance, lo cual me hace completar el último kilómetro de la primera vuelta en 3:55.

El sub39 esta imposible salvo milagro, pero trató de motivarme buscando mejorar mi tiempo en la distancia.

Sin embargo, nada más alcanzar a mi compañero triatleta en el kilómetro 6 (3:59), me quedo totalmente vacío y sin fuerzas.
Me resulta imposible seguir el ritmo y correr con normalidad.
Mi carrera se ha convertido en una penitencia que sólo deseo que acabe cuanto antes, e incluso me planteo la retirada.

Los kilómetros 7 y 8 los cubro en 4:01 y 4:03 respectivamente, pero el nuevo paso por el tramo nuevo me desquicia y me saca por completo de carrera, yendome a 4:09.

En ese momento voy bastante tocado física y sobre todo mentalmente.
Un poco por orgullo me digo que el menos me esfuerce el kilómetro que me queda y trate de bajar de 40min, que aunque ni de lejos sea el objetivo buscado, siempre es una barrera que no todo el mundo supera.

No me veo capaz de darlo todo como en otros finales y me falta esa chispa necesaria que sí tuve por ejemplo en Dueñas, pero aún así consigo recorrer ese último kilómetro en 3:57 y parar el reloj en un tiempo de 39:52.

Son 30" más que hace justo un año, lo cual admito que me desilusiona bastante. No he sido capaz de reflejar con una marca el gran momento de forma que tengo entrenando, y me da bastante rabia.

No obstante, y ya más en frío, lo que realmente me importa es poder disfrutar de mi afición favorita, y ya estoy inscrito en varias carreras que me ilusionan y motivan mucho.

Además, como he dicho antes, un sub40 no era lo que buscaba, pero sí es una barrera a tener en cuenta.

En 7 días cerraremos la temporada con el Cross de las XII Uvas.

Sobre esta carrera, la verdad es que dudo que vuelva a participar en ella, salvo que cambien mucho las cosas por parte de la organización.