viernes, 19 de septiembre de 2014

MEDIA MARATÓN DE VALLADOLID



Cita marcada en rojo en mi particular calendario runner de este otoño-invierno. Había muchos motivos por los que no quería perderme esta carrera:

Es la media de mi ciudad, lo que la otorga un carácter especial. Hace justo un año fue en esta carrera donde mi hermano y yo dimos el salto a la distancia, por lo que nos es de muy grato recuerdo.
Además, era una muy buena piedra de toca para comprobar mi estado de forma actual, que desde la pasada primavera ha decaído bastante. Por lo tanto, y con la vuelta a los entrenamientos habituales, quería ver cómo respondía en una media maratón.

El recorrido no es que sea nada de otro mundo, ya que son dos vueltas grandes y una vuelta inicial más pequeña, pero a mí me encanta. Es un recorrido de calles anchas y largas rectas muy cómodo de correr, además de pasar por varios de los monumentos más emblemáticos de la ciudad.

El plan era ir mi hermano y yo juntos a un ritmo cercano a 4:30, para entrar en meta en torno a 1h35.
Para las alturas a las que estamos y con el maratón de los Montes Torozos como gran objetivo, marcar ese tiempo sería una buena noticia. Para mi hermano sería MMP y el segundo mejor tiempo en mi caso.

El Sábado fuimos a recoger los dorsales y la bolsa del corredor, que incluía una estupenda camiseta térmica que además me ajusta como un guante. Mi enhorabuena a los organizadores, en especial tras el horroroso forro polar del año pasado... De 10!!

El Domingo salimos de casa con la intención de colocarnos lo más adelante posible, con objeto de tener controlado al globo de 1:35. Y mejor imposible: sólo perdimos 5" en cruzar el arco de salida. Empezamos!!




Toca comenzar con la vuelta pequeña, de unos 5km, por el centro de la ciudad.



Al salir tan adelante, no deja de pasarnos gente con ritmos de carrera superiores, pero no nos importa: tenemos claro el objetivo y nos ceñiremos al plan establecido. Somos superados por el globo de 1:30, pero ni nos planteamos tratar de seguir tras él. A lo nuestro.

Hace una mañana estupenda para correr: 16º y un sol que no aprieta demasiado. Me encuentro muy cómodo y los dos completamos esa primera vuelta sin problemas.







En las vueltas grandes, el recorrido se desvía hacia la zona del río, el cual se cruza dos veces. Es una zona con largas rectas que pueden desesperar un poco si se va tocado.
En la Cúpula del Milenio, como el pasado año, una mujer animando sin parar a los corredores. Forma ya parte de la carrera, sin duda.
En ese punto, nos saluda un corredor con el que coincidimos en la Maratón de Aguilar de Campoo. Al verle, vuelvo a recordar con mucho cariño esa extraordinaria experiencia que viví junto a mi hermano el pasado Junio. Inolvidable.

Pero no todo era de color de rosa. En una rutinaria pregunta a mi hermano sobre cómo iba, me dice que desde el km 2 el estómago le está dando muchísimos problemas y que necesita ir al baño. Estamos cruzando el puente que nos lleva de nuevo al centro de la ciudad, y le digo que trate de aguantar hasta los baños situados en la zona de la Salida.


Llegamos al km 10 en 44:47. Vamos al ritmo previsto y nuestro objetivo va por buen camino, pero el problema de mi hermano es ya insoportable y decide abandonar la carrera. Menudo palo, y qué mala suerte. Continúo yo sólo con la rabia de haber perdido a mi compañero de fatigas.

Completo la primera de las vueltas grandes y afronto la segunda y última. Para motivarme, decido tratar de dar alcance al atleta que conocí en Aguilar, quien se encuentra unos metros por delante.

El segundo paso por el río se me atraganta un poco, y son los kilómetros que peor voy, sin llegar a sufrir. En este tramo se me escapa definitivamente mi corredor de referencia, pero veo un buen sustituto: una chica con la que he coincidido en varias carreras y que sé que tiene un nivel parecido al mío.

Poco a poco me voy acercando a ella y logro darla alcance a falta de poco más de un kilómetro para la meta.



Voy muy cómodo, sin forzar la máquina en ningún momento y sin haber sufrido nada, aunque tampoco me veo tan sobrado como para haberme acercado a mi MMP (ya haremos el intento más adelante).
Al final, 1:35:16, que me dejan bastante satisfecho y que reflejan que las cosas van por buen camino de cara a volver a recuperar mi mejor versión.

Esta carrera me encanta y mientras pueda será una de mis imprescindibles.
Me da mucha rabia el abandono de mi hermano, pero son cosas que pasan. Hay carreras de sobra para resarcirse.

Próxima parada: el 5 de Octubre en los exigentes 10km del Parque de Las Contiendas.