miércoles, 14 de diciembre de 2016

CROSS CIUDAD DE DUEÑAS

 

Hacía mucho tiempo que no tenía contacto con la velocidad en una carrera y, de nuevo tal y como sucedió el año pasado, tras la maratón de octubre y la Media Maratón de Palencia, el cuerpo pide un poco de "caña" y, una vez más, este Cross de Dueñas será la carrera elegida.

El año pasado dediqué el último mes y medio del año a carreras cortas, disputando tres en total en dicho período. 
Este año la idea sería similar, pero la decisión de acudir junto a mi amigo Alejandro al Maratón de las Vías Verdes de Arganda del Rey el 5 de febrero me obliga a un cambio de planes. 
Tengo que empezar a incluir tiradas dominicales desde ya, por lo que no puedo dedicarme a perder fines de semana corriendo carreras que no sumen volumen kilométrico.

Este citado maratón no será, sin embargo, más que un gran test de cara al verdadero objetivo de la primera mitad de 2017: el Ibiza Maratón del 8 de abril, al que mi hermano y yo llevamos meses inscritos.
Se da también la circunstancia de que, en caso de finalizar ambos, el maratón ibicenco se convertirá en el décimo de mi cuenta, y la verdad es que me gusta mucho la idea de poder celebrar esa cifra junto a mi hermano en un lugar que significa mucho para mí por ser la tierra de mi novia y que me encanta.

Pero volvamos al tema a tratar en esta entrada.
Decía anteriormente que no iba a dedicar los domingos a carreras cortas, pero en este Cross de Dueñas confluyeron varios aspectos que me animaron a participar.
En primer lugar, tengo un pacto con mi pareja de sólo disputar una carrera al mes; pacto que respeto y pienso cumplir a rajatabla. Sin embargo, y a pesar de haber disfrutado ya en Noviembre de mi dosis runera con la media palentina, ese fin de semana Sara estaba visitando a su familia, por lo que yo estaba libre.
Además, un grupo de compañeros del club se iban a dejar caer también por la carrera, por lo que me apetecía pasar una mañana con ellos disfrutando de nuestra afición.
Y, finalmente, varios aspectos de la propia carrera, como que se disputara en sábado (lo que me permitió hacer un exigente entrenamiento de 19km al día siguiente), la cercanía a mi lugar de residencia y el ser una prueba gratuita y con unos excelentes ambiente y trato al corredor, además de una muy notable bolsa del corredor consistente en Aquarius, agua, barrita, fruta, vasija de cerámica y calcetines conmemorativos.

Por lo tanto, la decisión era muy sencilla, y a las 11 mis compañeros ya me estaban recogiendo en el punto acordado para ir todos juntos.

Una vez en Dueñas, nos encontramos con una sorpresa tan agradable como inesperada: a pesar de las lluvias de los días previos, el circuito presenta un aspecto extraordinario y no hay nada de barro. Además,la temperatura es muy agradable para la época del año, y sólo un considerable aire impide que el éxtasis sea completo.

Tras tomar un café y recoger los dorsales con calma (nuestra salida estaba prevista a las 13h), llega el turno de cambiarse y calentar un poco.

Mi objetivo es muy simple: mejorar mi ritmo medio de 4'/km del año pasado.
Mi estado de forma es claramente superior, pero también las piernas están más cargadas debido al trabajo físico del gimnasio, que sin ir más lejos realicé el día anterior.
Busco llegar con fuerza y potencia en las piernas de cara a ese maratón primaveral, por lo tanto ahora toca una mayor carga física que no reducire o modificare por ninguna carrera.
No sé si es lo adecuado o no, pero así he decidido hacerlo.

Esta carrera presenta un circuito complicado, ya que son muchas vueltas (una corta y 4 grandes), la recta de contrameta pica hacia arriba y finaliza con una dura rampa, y el aire en contra es constante durante una buena parte del recorrido.
Además, la hierba alta e irregular impide comparar los ritmos con los realizados en asfalto.

En este tipo de pruebas la salida es clave. Estar bien colocado te puede evitar muchos empujones y el verte frenado al intentar rebasar corredores; por lo que utilizando la táctica habitual empleada cuando quiero salir delante, me coloco en segunda fila.

Pistoletazo de salida y vamos a por la vuelta corta de unos 500m.

 

Al salir tan adelantado, voy viendo como poco a poco los "galgos" de mi club me van superando. 
 Nos damos ánimos y yo a lo mío, no se me pasa por la cabeza intentar seguirlos.
Tras unas cuántas carreras rápidas ya siguiendo el mismo patrón, se que el primer kilómetro siempre es el más rápido. La clave está en encontrar el equilibro entre ganar un buen colchón de segundos y no fundirme demasiado.
Por lo tanto, busco "picar" esa primera referencia en un tiempo que se mueva en el margen de 3:50-3:40. En las carreras que he bajado de ahí, luego he sufrido demasiado y se me han ido varios kilómetros muy por encima del ritmo deseado.

Oigo el pitido y veo 3:47 en la pantalla. Vamos bien.
Ahora toca lo realmente duro: coger el ritmo real de carrera y tratar de mantenerlo de forma constante.
Sé del año pasado que esta carrera no es para llevar un ritmo constante, debido a lo comentado anteriormente, pero quiero acercarme a lograrlo lo máximo posible.

La verdad es que voy muy bien y relativamente cómodo. No es que pudiera dar más, pero yendo a tope no llego a sufrir en ningún momento.

Además, cada paso por la subida me demuestra que tengo fuerza en las piernas, y eso me da mucha confianza.

Se suceden los pasos por línea de meta y los ritmos siempre se mueven entre 3:55 y 4:03, según pillen o no los tramos de aire o de subida.
Lo mejor y lo que me da confianza es ver que mi ritmo sólo varía según el terreno, pero mis piernas se mueven como un reloj, programadas al ritmo previsto sin flojear en ningún momento.

 

Así llego al último paso por meta y ecaro la última vuelta tras la estela de dos corredores que llevan toda la carrera a ritmos casi clavados a los míos. Doy un apretón y enlazo con ellos, pero decidí quedarme justo detrás y protegerme un poco del aire que sopla de cara. 
Enfilamos la larga contrarrecta de meta por última vez y noto enseguida que yo voy más fuerte sin haber forzado nada. Decido abrirme y subir el ritmo, que sólo me responde uno de los dos.
Me veo muy confiado y seguro de mis fuerzas, y estoy deseando llegar a la rampa para lanzar el último cambio de ritmo.
Nada más pisarla, abro un hueco definitivo con mi par y me lanzo con fuerza a por el atleta que llevo por delante, que tengo ya "fichado" de muchas carreras compartidas y sé que ganarle es bastante meritorio para mi.

Se ve que la subida le ha dejado tocado y va justo de fuerzas, por lo que inmediatamente tiro para delante y entro en meta muy satisfecho en un tiempo de 30:26, y en el puesto 76 de la general.

 

El ritmo medio es de 3:57, bajando en 3" el realizado hace un año, lo cual es una mejora bastante notable.

Lo mejor de todo, repito, ha sido la sensación de relativa comodidad que he llevado durante toda la carrera. Eso me da mucha confianza y me he animado a intentar finalizar el año superando mi marca de 10km conseguida el pasado diciembre de 39:23. 
Me gustaría tirar la barrera de los 39 minutos; sería algo muy meritorio para mi. Y la verdad que me gustaría conseguirlo después de que factores ajenos a mi estado de forma no me dejaran luchar contra el crono en media maratón.

Muy recomendable este Cross Ciudad de Dueñas, y sin duda un referente en el calendario de carreras de la comunidad. 

Mi próxima cita, la Carrera del Turrón el 24 de Diciembre que, junto al clásico Cross de las XII Uvas del 31, me servirán para decir adiós a un nuevo año disfrutando de mi afición favorita, y ya van cuatro.