jueves, 3 de julio de 2014

LA PIRONA


Última carrera antes del parón veraniego. 
En esta ocasión, Alejandro y yo decidimos acudir a Torreiglesias a disputar esta prueba que, aunque sólo cumpla su tercera edición, consta ya de una gran reputación entre los corredores de la provincia y alrededores.
La carrera se disputa a las 19:30, lo cual se agradece debido al calor, aunque a esas horas aún pega de lo lindo.
El recorrido es de unos 13km por los alrededores del río Pirón, una zona muy bonita. 



El punto "clave" del la carrera es la subida que se inicia en el km9 y que sube casi 100m de desnivel positivo en un kilómetro, para enlazar con otra subida más tendida pero de más de un kilómetro de distancia. Todo ello unido al fuerte calor, resulta una mezcla de lo más explosiva.

En la zona de salida, 133 corredores dispuestos a sobrevivir a La Pirona. Empezamos!!

Desde la maratón de Aguilar ya he desconectado en cuanto a entrenamientos se refiere. Un par de salidas por semana a ritmos muy muy suaves y algunas de ellas junto a mi novia. Relax total. Además, arrastraba una tos bastante molesta que no me dejaba respirar con normalidad. Por lo tanto, mi objetivo en esta carrera era no tener objetivo. Correr como pudiera y a otra cosa.
Alejandro decidió acompañarme, a pesar de que él está en un estado de forma increíble y corría el riesgo de quedarse dormido yendo a mi ritmo.

En estas, llegamos al primer kilómetro y lo pasamos en 4:24. Ya esta liada... Ahora tengo que mantenerlo, así que va a tocar sufrir, me temo.
En la primera rampa ya me descuelgo unos pasos de mi amigo. Le digo que tire, aunque en la bajada siguiente vuelvo a alcanzarlo de nuevo.




En los km 2 y 3 el ritmo se mantiene, y tras un pequeño tramo por carretera, cogemos un desvío que ya nos llevará de lleno al cañón del río Pirón. En este punto comienza un largo y medianamente técnico descenso en el que me manejo bastante bien y voy dando caza a varios corredores. Alejandro no es capaz de bajar a mi ritmo y quedamos en que ya me cogerá en cuanto el terreno no sea tan favorable.

Una vez reagrupados de nuevo los dos, comenzamos el tramo más bonito de la carrera: un sendero estrecho que discurre pegado al río, rodeado de árboles y flanqueado por los imponentes muros de piedra que se levantan a ambos márgenes del río. Realmente bonito.

Siguen pasando los kilómetros y seguimos manteniendo un ritmo cercano al 4:30. Las sensaciones son buenas. No obstante, sé que se acerca la temida subida "estrella" de la carrera, y se me hace un nudo en el estómago sólo de pensarlo. 

Llegamos a un puente muy bonito, nos indican que hay que girar a la derecha, levanto la cabeza y..., mi mundo se desmorona. La rampa tiene un desnivel brutal, y yo encima con mi tos y mi "gran" estado de forma... A sufrir tocan.





Como me temía, la subida es demoledora para mí. Sufro muchísimo, y tengo que hacer verdaderos esfuerzos por no pararme. Alejandro me va esperando, mientras yo no paro de gritarle que tire para delante.
La tos se me ha disparado con el esfuerzo, y las piernas sencillamente no me van. Estoy sufriendo de verdad.

Tras el tramo más duro de subida, llegamos a una pista mucho más llana que poco a poco nos va acercando de nuevo al pueblo.
Cada vez que el terreno pica hacia arriba es como si me quedase bloqueado, y veía impotente y con rabia como era superado por atletas a los que había dejado atrás hacía varios kilómetros.


Tras este interminable tramo y con unas ganas enorme de llegar ya a meta, enlazamos con un tramo asfaltado que nos introducirá en Torreiglesias; con sus sube-baja de rigor, por supuesto...



Por fin llegamos a Torreiglesias, donde unos voluntarios nos gritan que vamos en los puestos 48 y 49 (y así quedamos, efectivamente). El pequeño callejeo por el pueblo es una agonía para mí. Voy totalmente fundido y sin parar de toser, haciendo esfuerzos por no vomitar.




Finalmente, giramos a la derecha y llegamos a la Plaza Mayor, pasando por el arco de meta dos segundos después de mi amigo en un tiempo de 1:02:57. 
Nada más terminar, me paro a vomitar. No podía aguantarme más.

En meta, cerveza, aquarius, coca cola, agua, sandía y bocadillo de chorizo. Un lujo. Además, todos teníamos regalo seguro, mediante una papeleta que cogías al cruzar la meta. Yo recibí un lote de libros y Alejandro un chubasquero. Nada maravilloso, pero a caballo regalado...
En la bolsa del corredor, camiseta técnica y otra de algodón.

En resumen, una gran carrera. Un trato al corredor fabuloso y un recorrido muy bonito y exigente. El avituallamiento de meta y la subida de la parte final son las señas de identidad de una carrera que cada vez cobra mayor popularidad y aceptación en el mundo del running. Muy recomendable, y desde luego que no me importaría en absoluto repetirla. Eso sí, sin tos y en mejor estado de forma, jeje.

Ahora un merecido descanso para desconectar, y la última semana de Julio volveremos a la carga. La pretemporada será en La Manga y en Ibiza, donde trataré de ponerme a punto para la media de Valladolid el 14 de Septiembre. Objetivo: hacer MMP. Ahora mismo lo veo lejanisimo, ya que mi nivel de forma es horrible, pero espero llegar en condiciones de afrontar este reto con garantías.

FELIZ VERANO!!!