lunes, 7 de septiembre de 2015

SUBIDA A LA FUENTE DEL SAPO


Siete días después del cross minero, se disputa en Murcia una de las carreras más especiales del calendario: la subida a la Fuente del Sapo. Se trata del trail pionero de la Región, y está rodeado de un áurea única que dota a la prueba de un ambiente muy particular. Sus carteles promocionales y sus camisetas conmemorativas son ya una seña de identidad entre los corredores murcianos por su originalidad y su carácter divertido.

Siempre se celebra el último Sábado de Agosto y, por fin, las fechas me cuadraron y pude inscribirme. El Sapo me esperaba!!!

La carrera se disputa en el pueblo de El Algar, y consiste en subir a la Fuente del Sapo y volver al pueblo. En total, 9'6km con el siguiente perfil:


La hora de inicio eran las 19h, con lo que de repetirse las temperaturas de la semana anterior, la cosa podía ponerse bastante seria. Por fortuna, el día estuvo nublado y, aunque la humedad fue muy alta, la sensación de calor fue menor que en el cross minero.

Como hace siete días, mis padres vinieron conmigo. 
Nada más llegar, el panorama es bien distinto. Mucha más gente y un nivel medio mucho más alto que en el cross minero. Se nota que esta carrera es especial, y que muchos corredores la tienen marcada en sus agendas.
Por allí andaban casi todos los mejores atletas de la Región, invitados por la organización para darle a la prueba una mayor repercusión.

Al llegar el momento de colocarnos para la salida, vuelvo a colocarme en una posición muy delantera, justo detrás de los atletas con dorsal élite.

Tras sonar el tema de U2 "Where the streets have no name", otra de las señas características de la carrera, nos ponemos en marcha.

Aquí la cosa ya es diferente, y la gente sale como un tiro. El primer kilómetro es por el pueblo, y soy superado por infinidad de corredores.
Yo me mantengo tranquilo. Sé que esto puede hacerse largo y que cuando empiecen las rampas, mucha gente irá cayendo madura.
Mi plan es el de siempre en este tipo de carreras: ir de menos a más y utilizar las subidas para aumentar el ritmo y ganar posiciones.

Me preocupan los últimos 3 kilómetros de bajada. Si las fuerzas flojean, es un tramo que te puede hacer perder muchisimos puestos.

Poco a poco salimos del núcleo urbano y nos adentramos por el campo, atravesando la autovía por un túnel.





A partir de aquí, cada metro es hacia arriba, hasta llegar a las dos grandes subidas que nos harán coronar la Fuente del Sapo, y donde comenzaremos el descenso anteriormente mencionado.

Poco a poco me empiezo a encontrar más fuerte. Las subidas me motivan, cada vez me encuentro mejor en ellas. 
Cada vez voy superando más atletas de los que me pasaron al inicio, y me voy ubicando en el lugar que me corresponde.



Algunos tramos son difíciles e incómodos de correr y, si antes de venir dudaba sobre la elección de las zapatillas, ahora estoy encantado de haberme decantado por las Salomon. Perderé unos segundos en la bajada, pero ganaré en agarre y sujeción del pie.




Llegan las dos subidas más duras de la carrera. 
La primera de ellas la subo a ritmo sin mayores dificultades, y gano varias posiciones. Se empieza a ver andar a algunos atletas. Y aun quedaba lo peor...

La subida final es brutal y hace mucho daño. Delante de mí, una fila india de corredores andando. 
Tiene dos tramos separados por un descansillo.
El primero de ellos es una sucesión de escalones de piedras irregulares que te obliga a poner tus cinco sentidos sino quieres dar un tropezón.
Cuando los cuádriceps ya están calientes, un breve descanso y enseguida comienza una rampa con un gran desnivel. Todos los corredores que me preceden van andando. Yo aprieto los dientes y me la tomo como una mini serie; quiero quitármela cuanto antes. 
Vuelvo a dar otro pequeño salto en la clasificación, aunque sé que en el tramo de bajada voy a sufrir y cuento con perder varias posiciones.

El primer tramo de bajada es más técnico y con un desnivel bastante pronunciado. Supero a algún corredor, pero varios me adelantan y abren distancia enseguida.




Poco a poco el desnivel va bajando y el camino se convierte en una pista de tierra ancha y cómoda para correr. Malo para mí.
Me gustaría subir el ritmo, pero voy al límite y todos mis esfuerzos son para tratar de mantener el que llevo.

Me superan varios atletas, que llevan ritmos muy superiores al mío. Se nota que son asfalteros y gente con mucho más nivel que yo y que sólo iban por detrás por las subidas.

Trato de motivarme diciéndome que tengo que coger al corredor que llevo delante y no dejar que nadie más me adelante. A algo hay que recurrir...

Entro en el pueblo y un corredor se pega a mí. Tratando de cumplir con mi objetivo anterior, hago un cambio de ritmo con lo poquito que me queda, pero que me sirve para dejarle atrás, superar al atleta que llevaba delante y entrar con el mismo tiempo que otro corredor (eso pone en la clasificación, aunque en la foto se ve claramente como él cruza primero).






El tiempo ha sido de 43:04 y he acabado el 100 en la general. Contando el gran nivel que había y que corrimos más de 600 atletas, estoy satisfecho.

Grandísima experiencia el haber podido disfrutar de esta carrera tan especial en mi tierra, y que me sirve para cerrar el verano de la mejor forma posible.

Ahora afrontaremos la segunda parte de la temporada con unos objetivos que me motivan mucho y que ojalá salgan bien.

En ocho días estaré en Toro junto a Alejandro y mi hermano en el Trail de Las Barranqueras.

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