domingo, 19 de enero de 2014

CARRERA POPULAR DE MONTAÑA "VUELTA A LOS JARDINES DE LA GRANJA"

Esta carrera no estaba en mi calendario del 2014.
Es cierto que siempre me ha llamado mucho la atención, y más estando tan cerquita de mi casa en Segovia.
Desde el momento en que me inscribí a la media maratón de Getafe, descarté esta carrera, ya que sólo hay 7 días de diferencia entre una y otra.
Pero poco a poco se iba acercando el día y el gusanillo cada vez picaba con más fuerza.
Y al final..., ganó el gusanillo. Inscrito.




El no tener coche me resulta un gran handicap para planificar mis desplazamientos a las carreras. La Granja está a escasos 12km de Segovia, por lo que el plan será el siguiente: ir en autobús, correr, y vuelta "a pata" a Segovia, para completar el entrenamiento.
El plan era bueno. Disputaba la carrera y completaba el día con un total de 19km.
Repito: el plan ERA bueno...

La cosa se empieza a complicar cuando ayer por la noche comenzó a nevar, y ya no ha parado. Eso en Segovia. En La Granja a mayor altitud, más nieve.
Esta mañana el día ha amanecido de postal navideña. Todo blanco y nevando sin parar.
Me entran las dudas de seguir adelante; sobre todo en lo referente a volver corriendo.
Al final, tanto pensar que llego al autobús por los pelos.
Durante el trayecto, cada vez más nieve y el paisaje completamente blanco.

Al llegar a La Granja, me dirijo a la Plaza de Los Dolores a recoger el dorsal y el chip. Son las 11, y aun queda una hora para la salida.
El día no es excesivamente frío, en torno a los 0º, pero no para de nevar.
Lo que más me preocupan son mis zapatillas. Unas Asics Gel Pulse 4 no parece la elección más acertada, pero no hay otra... Mis otras dos zapatillas también son de asfalto, y son más nuevas. Me paso esa hora andando y trotando para comprobar el comportamiento de las zapatillas en ese terreno.
Casi todo el mundo (lógicamente) se presenta con zapatillas de trail, pero hay unos pocos con zapatillas de asfalto como las mías, lo cual me consuela un poco.

Por fin, a las 12 y bajo una considerable nevada, se inicia la carrera.
Desde el primer metro ya se empieza a subir. Ritmo tranquilo de inicio, tratando de coger confianza en la pisada.
El trazado de la carrera es inmejorable. A los pocos metros entramos en los jardines del Palacio. Todo esta nevado, y el paisaje es de cuento. Voy mirando las fuentes y el entorno sin preocuparme en exceso de la carrera.

El recorrido se endurece y veo que la gente empieza a sufrir y voy subiendo posiciones.
Salimos de los jardines por una puerta lateral de la tapia derecha, y empieza lo "bueno".
A partir de aquí, se trata de seguir un estrecho sendero paralelo a la tapia que delimita el recinto de los jardines.
La primera parte es de subida continua.
Me veo bastante bien, y subo a buen ritmo. Pero todo termina al encarar la primera RAMPA (sí, con mayúsculas) del recorrido. Hasta donde me alcanza la vista veo a todo el mundo andando. Yo decido subir corriendo, ya que me sentía con fuerzas. Y demostré mi inexperiencia en este tipo de carreras.
Mis gemelos van al límite y casi ni avanzo. Además, soy adelantado por dos atletas que van andando, y eso ya me hace desistir y echar pie a tierra. Subo el resto de la cuesta andando, hasta que el terreno suaviza un poco y se puede volver a correr.

Pero será breve.
Queda uno de los puntos claves de la carrera: la subida al "Esquinazo", a 1.350 metros de altitud.
Aquí ya he aprendido la lección y decido andar desde el principio. Cuando se corona la cima, hay que afrontar un descenso muy técnico y complicado de unos 400 metros. Cuando veo el final de la subida, decido dar un tirón de 50 metros para adelantar corredores y afrontar el descenso liderando el grupo. Segundo error de novato.

El descenso es por un sendero mínimo, lleno de ramas, piedras y curvas; y todo aderezado con unos cuantos centímetros de nieve. Para gente experta de verdad. Y no era mi caso. 
Nada más empezar, me supera un veterano pegando brincos. Baja con una facilidad que me deja alucinado, y en pocos metros lo pierdo de vista.
Y empieza mi pesadilla: no se ni dónde poner los pies, y en esos 400 metros me voy al suelo en cuatro ocasiones. Afortunadamente sin consecuencias.

Por fin, salgo a una parte mucho más ancha donde la pendiente es más tendida y se puede correr bastante rápido. Sin embargo, mis zapatillas no me dejan ir a tope y tengo que reservar, lo cual me cuesta ser superado por dos corredores.

Finalmente, entramos en el pueblo y volvemos al asfalto. Llego muy bien de fuerzas y aquí sí puedo correr a tope. Empiezo a coger a los atletas que me habían superado en el descenso y afronto el último punto clave de la carrera, "el callejón de la bruja". Una calle de escaleras de 1 metro de ancho en la que hay que subir de uno en uno. Veo gente que anda, pero yo voy muy fuerte y paso a varios corredores. Recta de meta picando hacia abajo y paso por el arco en un tiempo de 35:42, en el puesto 71 de la general. 

Al entregar el chip, camiseta conmemorativa de algodón y un avituallamiento completísimo: fruta, chorizo, queso, pan, dulces, coca-cola, aquarius, agua...; un auténtico banquete.




Y llega la segunda decisión más importante del mundo del deporte tras la famosa "the decision" de LeBron James: volver corriendo bajo la incesante nevada o coger el autobús.

La verdad es que la carrera la he terminado muy fuerte, así que tras comer un poco, decido hacer esos 12km de vuelta a casa. La nieve constante en la cara me empieza a "hacer pupa", pero las piernas van bien y completo el trayecto de vuelta en 55 minutos.

En resumen: un día inolvidable.
Recomiendo encarecidamente a todo runner cercano a la zona que corra esta carrera. El paisaje es insuperable, en un sitio como los jardines del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso. La carrera es corta, pero dura y con un descenso bastante técnico. Ideal para iniciarse en este mundo de carreras de montaña, como ha sido mi caso.

Si al año que viene sigo por Segovia, prometo volver.




                                    



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