domingo, 5 de enero de 2014

SUFRIENDO "EN CASA"

El nuevo Parque de Las Contiendas, antiguo Cerro de Las Contiendas, es un lugar habitual de entrenamiento para preparar las carreras. El terreno es ideal: caminos de tierra compactada, anchos y sin piedras sueltas. Además, es uno de los pocos lugares de Valladolid para poder entrenar cuestas. En total, son 17km de caminos con subidas y bajadas de todos los colores.

Por todo ello, cuando vimos que allí se organizaba una carrera, ni nos lo pensamos. Como dijo mi hermano: -"Es correr en casa"-.



La carrera consistía en recorrer 10 de esos mencionados 17km de caminos. Dependiendo de la organización, podía ser dura, muy dura o durísima. Al final, lo dejaron en muy dura bordeando el durísima (al menos para mí).
En los momentos previos a la salida, mi hermano y yo escuchamos a varias personas comentar la grandísima dureza de una rampa sobre el kilómetro 3'5. Y empezamos a especular sobre cual podría ser, como grandes conocedores del terreno que nos considerábamos.
En estas, empieza la carrera. El primer tramo es muy cómodo, con subidas suaves y bastante llano. Voy muy bien de ritmo, y las sensaciones son muy positivas. Sobre el kilómetro 3, veo que he abierto una gran distancia con respecto a mi hermano. -"Irá de paseo"-, me dije.
Entonces, la carrera se desvía del parque propiamente dicho y entra en una zona desconocida para mí. Recuerdo en ese instante que los comentarios sobre "la cuesta" la situaban por esa altura más o menos. Y efectivamente, ahí apareció.
Creo que estuve cerca de desmayarme cuando la vi. Era una rampa de 500 metros aproximadamente dividida en dos tramos separados por un "descansillo" mínimo de 50 metros.
No era posible apoyar más que la puntera de la zapatilla, y mantener esa situación durante 500 metros con un desnivel tan enorme, hace que tus gemelos parezca que van a explotar.
Nunca antes había sufrido así ni sentido tantos deseos de pararme.
Al final llegué arriba, pero me dejó tocadísimo para la larga bajada que venía después. Nunca pude encontrar el ritmo y sentirme cómodo.
Y como las desgracias nunca vienen solas, un nuevo tramo de subidas entre árboles (dejá vu) me acaba por rematar. En una curva, me da por mirar hacia atrás y cuál es mi sorpresa al ver a mi hermano a escasos 20 metros de mí.
Desde aquí doy gracias a los organizadores de la prueba por poner el último tramo de bajada; una cuesta más y mi hermano me pasa por encima. Y yo que creí que había ido a pasear...
Finalmente, entro en meta con un tiempo de "45:23", sólo 20" por delante del gran triunfador del día. Realmente demostró que "corría en casa".











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