domingo, 26 de enero de 2014

MEDIA MARATÓN DE GETAFE


Esta entrada se podría titular: crónica de una MMP anunciada.
Y como tal la voy a contar.

El mes de Enero estaba planificado con un único propósito: bajar de 1h 35 en Getafe.
Las dos carreras previas 14 y 7 días antes me dejaron muy buenas sensaciones, especialmente la de La Granja; y los entrenamientos de esta semana me acabaron por confirmar mis sospechas: estaba mejor que nunca. El objetivo era muy factible, y me fijé uno más ambicioso, ir a por el 1h 32.

El día comenzó pronto. A las 6:45 sonaba el despertador. Mi amigo Alejandro iba a recogerme con el coche a las 7:40. A las 8 habíamos quedado en Nueva Segovia con un grupo de corredores para ir todos juntos a Getafe.
Particularmente creía que íbamos demasiado justos, y más si cogíamos la ruta del puerto.
Ellos me aseguraron que no, que "en hora y cuarto por el túnel estamos en Getafe".
Empezamos el camino, llegamos al desvío y... por el puerto!!!. Ole, si señor.
Me empiezo a mosquear por que ya me lo estaba oliendo: íbamos a ir super pillados de tiempo.

Llegamos a Getafe y aparcamos a falta de 45 minutos para la salida. Toca ir al lugar de la salida (10 minutos andando), coger el dorsal, volver al coche a cambiarse, y volver a la salida.
Sobradisimos, vamos...

Recogemos el dorsal a las 10:05, por lo que nos toca volver corriendo al coche. Yo voy con el abrigo y en vaqueros y camisa.
Llegamos al coche, cambio de ropa, ponerse el dorsal, meadita, y vuelta a correr para llegar a la salida.
Una vez allí, toca integrarse como se pueda dentro de una maraña de corredores. Pésima la organización en lo referente a la salida.

Por fin, arranca la carrera. Yo arrancaría 1 minuto y 20 segundos más tarde, que es lo que tardé en pasar por el arco de salida y empezar a correr.
Desde el inicio, las sensaciones son muy buenas. Temperatura excelente y piernas frescas; todo va de lujo.
Formamos un grupo de 4 corredores de entre los que viajamos juntos, en el que vamos Alejandro y yo.
Tras un par de kilómetros, me harto de tanto cruce y bandazos y le digo a mi amigo que me voy, que tiro para delante.
Y nos vamos los dos.
Esta sociedad será breve, ya que poco después me quedo en solitario.
Empieza mi carrera de verdad.

Me siento como nunca, y me da muchos ánimos el haber dejado atrás a mis compañeros.
El recorrido por la zona de Los Molinos se hace odioso. Rectas y más rectas por una urbanización desangelada. Llego al primero (de dos) de los avituallamientos, en el km7, pero decido no parar ya que me veo muy fuerte.
Paso por el km10 en 43:33, y las sensaciones siguen siendo muy buenas.

Poco a poco dejamos atrás Los Molinos para meternos en el núcleo urbano de Getafe. Había mucha gente animando, y se agradecía. Mención especial a una niña con un megáfono regalándonos frases como - "sois todos unos campeones"-, y similares. Lo que ya no se agradecía tanto era cuando algunos "encantadores" peatones decidían cruzar por el medio de la carrera sin ningún tipo de miramiento. Con un par. 

Los kilómetros poco a poco me empiezan a pesar, y el monótono recorrido no ayuda. Cada vez me cuesta más seguir el ritmo, y la carrera se me empieza a hacer cuesta arriba. Las rectas son larguísimas, y me parece que la meta cada vez se aleja más y más.
Llego al segundo avituallamiento (km14), y aquí si decido beber y refrescarme un poco. El calor apretaba bastante, y ya tenía la garganta seca.
Tras este pequeño alivio, siguen las innumerables rectas y la sensación de correr siempre por el mismo sitio me invade por completo. No sé ni qué kilómetros quedan, y es mi peor momento. Al fin, veo el paso por el km18. Tres más y se acaba. Vamos!!
Tras un último giro, enfilamos una recta de unos dos kilómetros, tras la cual oigo comentar a la gente que sólo queda la bajada al estadio y recta de meta. Eso me anima un poco, pero voy completamente vacío y al límite de mis fuerzas.
Ya no corro; me arrastro.

Por fin, entrada al estadio y 200 últimos metros por la pista de atletismo. Saco un poco de orgullo (porque fuerzas hacía rato que no quedaban), y entro en meta dando una imagen algo más digna, con un tiempo de 1:33:21 y un tiempo real de 1:31:57.

La sensación es indescriptible. Estoy muerto, vacío. Y estoy muy feliz.
Lo he dado todo. Nunca antes corriendo había llegado así. Y me siento muy bien conmigo mismo y recompensado por el esfuerzo de los entrenamientos.

La bolsa del corredor es excelente: agua, coca-cola, aquarius, galletas, zumo, barrita energética y camiseta técnica de manga larga bastante chula.





En resumen: marca personal y mi mayor logro como runner. Recorrido horrorosamente feo y aburrido y una salida masificada y pésimamente organizada. Gran experiencia pero no contemplo repetir, al menos el próximo año.





                                               




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